Ya un poco más asentados post-guerra, los Juegos Olímpicos repetían por primera vez una sede: París. El barón Pierre de Coubertin fue un factor clave para que se tome esta decisión, ya que sentía la necesidad de reivindicar a su país tras lo ocurrido en 1900. La jugada le saldría muy bien, ya que conseguiría contar con la presencia de 3.089 atletas, de los cuales 2.956 eran hombres y 136 mujeres.

Trece meses antes del inicio del evento, los organizadores amagaron con bajarse. ¿El motivo? No encontraban un estadio acorde a la competencia. Los proyectos no les cerraban y ya comenzaban a ver de reojo a Los Ángeles, una de las opciones para acoger la competición. Sin embargo, la remodelación del Estadio Olímpico de Colombes, ubicado cerca de París, fue el escogido para presenciar las pruebas de campo. Su inauguración se dio justamente el día de la ceremonia de apertura, celebrada el 4 de mayo. Los espectadores fueron 45.000.
Gracias a la planificación previa –salvando lo del estadio, já-, no se presentaron problemas para los competidores que, por primera vez, se alojaron cerca del estadio en lo que era una especie de Villa Olímpica, aunque no para todos dado que las mujeres se mantenían alejadas de la capital francesa por posibles “tentaciones”. Otra innovación fue la del logo, que debutó como representación de los Juegos.
En cuanto a los acontecimientos deportivos más destacados, nuevamente fue figura el ya consagrado Paavo Nurmi. El fondista, apodado “el finlandés volador”, volvió a arrasar y demostrar su imponente estado físico: ganó el oro en los 1500 metros y prácticamente sin descansar repitió en los 5000 metros, rompiendo el récord mundial en ambas. También fue el líder en los 5000 en campo (individual y por equipos) y 3000 por equipos. Fueron 5 oros en 5 pruebas disputadas. Y no fueron más porque el comité le impidió correr en los 10.000 para cuidar su integridad física. Un fuera de serie.

Otro finlandés que dio que hablar por su velocidad y resistencia fue Ville Ritola, que aprovechó la baja de su compatriota y se hizo de los 10.000 metros, sumándole a esto el primer puesto en los 3000m con obstáculos. Sus medallas doradas en París no llegaron a cuatro simplemente porque su máximo rival era el mismísimo Paavo Nurmi, que lo obligó a conformarse con dos plateadas.
La icónica maratón, como no podía ser de otra manera, se la llevó un finlandés: Albin Sternoos. Y es que en esta edición Finlandia arrasó en el atletismo, a nivel individual y grupal. Los famosos “finlandeses voladores”.
En París 1924 se vio triunfar al mítico Johnny Weissmüller, que en la década del 20 se encargó de acumular medallas olímpicas para posteriormente transformarse en el actor más importante y conocido en interpretar a Tarzán.

En 1922 ya había dado que hablar al convertirse en el primer nadador de la historia en bajar el minuto en los 100 metros estilo libre, superando el récord de Duke Kahanamoku. Y ya en 1924, en su primera presentación en los Juegos Olímpicos, transformó su velocidad acuática en preseas doradas. Fueron tres: en los 100 y 400 metros y en los 4×200 con relevos. Por si fuera poco, también se apuntó en waterpolo, prueba en la cual finalizó tercero, sumando la de bronce a su palmarés. Nada mal, eh…
Cuando la FIFA decidió organizar Torneos Olímpicos de Fútbol, dictaminó que el ganador sería considerado como campeón del mundo, tratando a esta competición como una especie de Mundial. Sin embargo, el triunfador no dejaba de recibir una medalla.
Los países participantes fueron 16, de los cuales solo uno era sudamericano: Uruguay. Fueron justamente estos quienes dieron el batacazo y se hicieron del campeonato, logrando la primera de las cuatro estrellas que tienen hoy en día en su camiseta. En la final golearon por 3-0 a Suiza y en los cuartos vapulearon al local con un contundente 5-1.

Los famosos Juegos Olímpicos de Invierno dieron sus primeros pasos en esta edición, aunque bajo el nombre “Semana de deportes de invierno”. Estos se disputaron en los primeros dos meses del año, en la ciudad de Chamonix.
William DeHart Habbard fue el mejor en salto en longitud, convirtiéndose en el primer atleta de raza negra en ganar un oro en los Juegos Olímpicos en una prueba individual.
Argentina tuvo atletas por primera vez mediante el Comité Olímpico Argentino –antes ya habían estado competidores argentinos en los JJ.OO pero no formaban parte del COA, fundado recién el 31 de diciembre de 1923-. Fueron 93 deportistas, que consiguieron ganar las primeras seis medallas para el país (1 oro – 3 platas – 2 bronces).
El equipo de polo fue el que le dio a Argentina la primera medalla dorada de su historia. Conocidos como Los Cuatro Grandes del Sur, la plantilla estaba integrada por Juan Nelson, Enrique Padilla, Arturo Kenny, Juan Miles, Guillermo Naylon y Alfredo Peña.
El rosarino Luis Brunetto (salto triple), a sus 23 años, hizo historia en París: su salto durante la clasificación fue récord olímpico. Sin embargo, ya en la final, el australiano Anthony Winter superó su marca y lo dejó en el segundo puesto. Esto no le impidió ser el primer medallista sudamericano y, por ende, argentino. Su récord fue superado en Sudamérica recién en 1951 y en Argentina en 1975.

Los boxeadores se repartieron las otras 4 preseas: Alfredo Copello, en la categoría ligero, fue plata; Héctor Méndez, en peso wélter, fue el otro que obtuvo una plateada; y Pedro Quartucci y Alfredo Porzio fueron bronce, el primero de estos en pluma y el segundo en pesados.
El primer abanderado argentino fue el entrerriano Enrique Thompson, que finalizó decimotercero en la prueba de decatlón.
El medallero fue dominado por Estados Unidos, algo que ya se iba convirtiendo en algo típico. Los impresionantes corredores finlandeses hicieron fuerza para ubicar a su país en el segundo lugar general:
- Estados Unidos: 99 (45 oro – 27 plata – 27 bronce)
- Finlandia: 37 (14 oro – 13 plata – 10 bronce)
- Francia: 38 (13 oro – 15 plata – 19 bronce)
Los deportes presentes fueron 17:
- Atletismo, boxeo, ciclismo, equitación, esgrima, fútbol, gimnasia, halterofilia, lucha, natación, pentatlón moderno, polo, remo, rugby, saltos de natación, tenis, tiro, vela y waterpolo.
Entre los 44 países, se encontraban Argentina, Brasil, Chile, Cuba, Ecuador, Haití, México y Uruguay. Irlanda debutó como país independiente.
Bajo el eslogan más rápido, más alto, más fuertes, los Juegos Olímpicos fueron más completos, más organizados y más atractivos para los espectadores. La revancha de Pierre de Coubertin.
Próximos JJ.OO: Ámsterdam 1928.
