AMBERES 1920: «LOS JUEGOS DE LA PAZ»

Pasados los años de guerra, los Juegos Olímpicos volvían al ruedo en Amberes, Bélgica. Quien había sido uno de los países más castigados tenía la posibilidad – o carga- de organizar el evento deportivo más importante del mundo.

Para evitar cualquier tipo de problema, se tomó la decisión de que no participen las naciones derrotadas en el conflicto bélico apenas finalizado. Estas fueron Alemania, Hungría, Austria, Bulgaria y el Imperio Otomano (Turquía). Otro ausente fue Rusia, que se encontraba en plena guerra civil.

Para concientizar, la competencia se realizó bajo el lema “los Juegos de la paz”. También se realizaron minutos de silencio en honor a los fallecidos y se soltaron 2.000 palomas blancas. En este contexto se dio la famosa ceremonia de apertura, a la cual se le agregó por primera vez el juramento olímpico, leído aquella vez por el belga Víctor Boin. El texto que posteriormente fue pasando de mano en mano, transformándose en una costumbre, decía: “Juramos que tomaremos parte en los Juegos Olímpicos con un espíritu de caballerosidad, por el honor de nuestro país y por la gloria del deporte”.

La situación económica estaba lejos de ser la mejor. Bélgica no se podía dar el lujo de gastar por demás, por lo que la infraestructura fue más bien pobre. La venta de entradas también fue muy baja por los mismos motivos.

En cuanto a lo deportivo, contrariamente a lo esperado, se dio la aparición de una futura estrella, se rompieron récords y se vivieron momentos emocionantes. No importó la intensa lluvia, los baches de las pistas ni nada. Para destacar lo de los 2.626 atletas participantes, que para presentarse tenían que estar inscritos en sus respectivos Comités Olímpicos, algo nuevo en ese momento.

Sin duda alguna, Paavo Nurmi fue la máxima figura. El fondista, apodado “el finlandés volador”, se volvió de Amberes con tres medallas de oro y una de plata. Estaba naciendo una de las máximas leyendas del atletismo y del deporte.

Paavo Nurmi.

Nuevamente volvemos a nombrar a Oscar Swahn, que olimpiada tras olimpiada rompía su propio récord: el de medallista más añejo. El sueco se quedó con la plateada a sus 72 años en la prueba de tiro al ciervo (sí, tiro al ciervo) y superó su propia marca establecida en 1912.

Y así como estuvo el más longevo, estuvo la más joven. La nadadora y saltadora en trampolín Aileen Rigen, nacida en Estados Unidos, fue la campeona olímpica en la prueba de salto a sus 14 años. Esta modalidad, que debutaba en unos Juegos, también tuvo a su vencedora más liviana históricamente, con un peso de 29.5 kg. ¡Directo a los libros, Rigen!

Los hermanos Nadi, de nombres  Aldo y Nedo, fueron una de las sensaciones de la competencia al conseguir 8 medallas de oro en esgrima. Creo que dejaron un poco orgullosos a sus padres, ¿no te parece?

Entre las concursantes femeninas se encontraba Ethelda Bleibtrey, una nadadora estadounidense que se destacaba especialmente en las pruebas de estilo libre. La joven ganó tres preseas doradas: en los 100m estilo libre, 300m libres y 4x100m libres con relevos. Fue la mujer más destacada de esta edición.

Ethelda Bleibtrey.

Si hablamos de deportes acuáticos, resulta imposible no mencionar al histórico Duke Kahanamoku, considerado el inventor del surf moderno y ganador de los 100 metros libres en este evento. En los 4×100 con relevos volvió a proclamarse campeón.

En Amberes surgió la famosa “Furia Española” que identifica al seleccionado español hasta hoy en día. En su equipo estaban, entre otros, Ricardo Zamora (nombre del premio entregado al mejor arquero de La Liga) y Rafael Moreno Aranzadi, apodado Pichichi (nombre del premio entregado al máximo goleador de La Liga). En su primera salida al exterior y presentación en un torneo importante, los españoles dieron la sorpresa y se quedaron con el segundo puesto.

Su medalla plateada, sin embargo, les cayó del cielo. Y es que en la final, que enfrentó a Bélgica y Checoslovaquia, el partido se fue picando y, entre palabras y discusiones, los checos terminaron retirándose del torneo. De esta manera, a los semifinalistas se les presentó la oportunidad de luchar por la presea vacante que dejó Checoslovaquia.

Se suponía que Francia y Holanda se disputarían el segundo lugar, pero los franceses jamás aceptaron la propuesta del COI, permitiéndole a España jugarse todo contra Holanda. De la nada tenían la chance de volverse con algo más que un recuerdo.

La famosa Furia Española.

El 5 de septiembre se dio el encuentro que pasó a la historia del fútbol español, ya que derrotaron por 2-0 a los holandeses y se subieron al podio olímpico. Bélgica quedó en lo más alto y Holanda se llevó la de bronce.

Al estadounidense Haig Prieste le dedicaremos una nota especial. Y es que su locura lo amerita: no todos los días se roba una bandera olímpica…

Los deportes presentes fueron:

  • Atletismo, boxeo, ciclismo, equitación, esgrima, fútbol, gimnasia, halterofilia, hockey, hockey sobre hielo, lucha, natación, pentatlón moderno, patinaje sobre hielo, polo, remo, rugby, saltos de natación, tenis, tira y afloja, tiro, tiro al arco, vela y waterpolo.

Los 29 países que viajaron hasta Bélgica son los siguientes:

  • Argentina, Bélgica, Brasil, Canadá, Checoslovaquia, Chile, Dinamarca, España, Estados Unidos, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Italia, Japón, Luxemburgo, Mónaco, Noruega, Países Bajos, Perú, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumania, Suecia, Suiza y Yugoslavia. Importante resaltar que Finlandia compitió por primera vez como país independiente, finalizando por fin con la lucha de los atletas años anteriores.

El único argentino fue Ángel Rodríguez. Compitió en la categoría peso pluma de boxeo y cayó en la primera ronda (descalificación).

El medallero final quedó liderado por los estadounidenses, una vez más:

  1. Estados Unidos: 110 (48 oro – 35 plata – 27 bronce)
  2. Suecia: 64 (19 oro – 20 plata – 25 bronce)
  3. Reino Unido: 43 (15 oro – 15 plata – 13 bronce)

Con las complicaciones económicas –completamente lógicas-, la poca asistencia del público y problemas en los terrenos/pistas, los Juegos Olímpicos de Amberes salieron adelante a base  de donaciones y buena predisposición. Tras cuatro años de pánico y sufrimiento, el deporte pudo regresar.

Próximos JJ.OO: París 1924.

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