ESTOCOLMO 1912: «EL GRAN ÉXITO ANTES DE LA GRAN GUERRA»

Tras lo que fue la reivindicación de los Juegos Olímpicos en Londres 1908, como titulamos la edición anterior, llegaba el turno de Estocolmo, capital de Suecia.

Los dos miembros suecos del Comité Olímpico Internacional (COI), Viktor Balck y Clarence von Rosen, se entusiasmaron con lo visto en Gran Bretaña y les dijeron a las autoridades de atletismo y gimnasia de su país que acepten cualquier oferta importante que se les proponga. Estos hicieron caso y, en 1912, cargaron con la responsabilidad de albergar el evento deportivo más grande del mundo.

Los avances organizativos se vieron incluso antes de iniciar la competencia: se construyeron restaurantes nuevos, se creó un periódico dedicado puramente a los Juegos (en idioma sueco e inglés), se programaron conciertos y los participantes tuvieron descuentos en la utilización de los trenes, entre otras cosas. El buen posicionamiento económico y la ilusión hicieron que los europeos arranquen con el pie derecho y que se mantuvieran firmes con el pasar de los días.

Las innovaciones más relevantes fueron las del foto finish y el cronometraje eléctrico. Esto, en gran parte, se dio por las quejas de algunos competidores que notaban cierto favoritismo de los jueces para con sus compatriotas, por ejemplo.

La apertura se realizó el 5 de mayo, al estilo Londres 1908, y los países presentes fueron 28:

  •  Alemania, Australasia, Austria, Bélgica, Bohemia, Canadá, Chile, Dinamarca, Egipto, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Turquía, Islandia, Italia, Japón, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Rusia, Serbia, Sudáfrica, Suecia y Suiza.
La ceremonia de apertura.

Japón hizo su primera aparición, siendo así el primer país asiático en participar de un Juego Olímpico, respetándose por primera vez el famoso logo de los cinco continentes. Otros que debutaron en la competencia fueron Portugal, Serbia, Islandia, Egipto y Chile.

La máxima figura fue el estadounidense Jim Thorpe, ganador de las pruebas inventadas meses atrás por Pierre de Coubertín para ese año, llamadas pentatlón y decatlón moderno. Su enorme superioridad le hizo ganarse el respeto de sus rivales y ser catalogado como el mejor de esta edición.

Jim Thorpe.

Sin embargo, un periódico de la época publicó una foto de Thorpe practicando béisbol de manera profesional. Informaron que ganaba 70 dólares al mes, dejando así de ser un deportista amateur. Los organizadores tomaron nota y posteriormente le quitaron sus medallas, dejando estas para los segundos de las respectivas pruebas. Pero «por respeto a Jim» no aceptaron el premio de primer puesto.

Este hecho fue llevado al cine en 1951, en la película titulada Jim Thorpe, All-American, protagonizada por Burt Lancaster. Ya en Los Ángeles 1984, el COI les entregó las preseas a los nietos y herederos del estadounidense, que había fallecido en 1952 y luchado gran parte de su vida para recuperar este reconocimiento, según él, ganado legítimamente en 1912.

La portada de la película.

En pentatlón, el quinto fue George S. Patton, quien más adelante fue el general del Ejercito de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Los soldados lo apodaban General Sangre y Agallas por su valentía y agresividad.

En la semifinal de la lucha greco-romana, el finlandés Asikainen se enfrentó al estonio Klein, que había optado por defender la bandera rusa. Este combate fue más que especial, y no precisamente porque los luchadores se hayan visto la cara antes sino por una cuestión de nacionalidades: Finlandia aún formaba parte de Rusia, pero los finlandeses no se sentían como tales. De hecho, en la apertura se negaron a desfilar en conjunto con los atletas rusos, generando un hueco en el desfile.

Ya a la hora de definir el pase a al final, el enfrentamiento se hizo eterno. Pasaban las horas y nadie cedía. Cada 30 minutos descansaban unos segundos y retomaban. Ninguno se quería dar por venido, puesto que estaba en juego mucho más que una clasificación: se disputaban el orgullo nacional. Así estuvieron durante ¡11 horas y 40 minutos! hasta que finalmente Klein logró imponerse.

El más beneficiado, paradójicamente, fue el perdedor. Su esfuerzo le valió el reconocimiento de sus pares, que lo recibieron con los brazos abiertos al regresar. El ganador, por otro lado, no pudo ni siquiera presentarse a la final, permitiéndole al sueco Claes Johansson ser campeón olímpico sin despeinarse, teniéndose el estonio que conformarse con la plateada. Esto no le impidió ser el primero de su país en ganar una medalla.

El combate de más de 11 horas de duración dejó un récord que jamás podrá ser superado, dado que las reglas de este deporte han cambiado en 1924.

Oscar Swahn, que había sido mencionado en la nota de Londres 1908 por ser el competidor más añejo en ganar una medalla, superó su propio récord al quedarse con el primer y tercer puesto en las pruebas de tiro. Ahora, con 64 años.

En la maratón, nuevamente, ocurrieron sucesos que llamaron fuertemente la atención. En esta oportunidad, la icónica carrera de 42 kilómetros tuvo como resultado la muerte del portugués Francisco Lázaro, quien se vio sumamente afectado por el calor insoportable de aquel día. Posteriormente se realizó una colecta para sus familiares.

El japonés Shizo Kanakuri fue otro que causó preocupación, aunque por una negligencia propia: en pleno recorrido, cambió de rumbo, abandonó la competencia, no se lo hizo saber a nadie, volvió a su país y reapareció recién en 1966. En todos esos años, no se supo nada de él. La mayoría lo había dado por muerto.

Hannes Kolehmainen fue el primer “finlandés volador”. En Estocolmo se ganó ese apodo al quedarse con las pruebas de 5.000, 10.000 y 8.000 (esta última, carrera de campo). Ocho años después haría su aparición en Amberes y volvería a sorprender…

En fútbol se presentaron 13 equipos, los cuales tenían como requisito estar afiliados a la FIFA. Un dato curioso es que Alemania, potencia mundial hoy en día, quedó eliminada en la primera ronda tras caer por 5 a 1 contra Austria.

En el Estadio Olímpico, 25.000 personas se hicieron presentes para ver como Reino Unido vencía a Dinamarca por 4-2 en la final, quedándose así con el oro. También vieron como los futbolistas de Países Bajos vapuleaban a Finlandia y les encajaban 9 goles. Fue 9-0 final y bronce para los neerlandeses.

De los 2407 atletas, 2359 eran hombres y solo 48 mujeres. Las pruebas realizadas fueron 102, correspondientes a los siguientes deportes:

  • Arte, atletismo, ciclismo, equitación, esgrima, fútbol, gimnasia, lucha, natación, pentatlón moderno, remo, tenis, tiro y vela.
  • El boxeo fue excluido del programa olímpico porque estaba prohibido en Suecia (lo remplazó la lucha greco-romana).
  • Pese a la negación de Pierre de Coubertin, las mujeres pudieron competir en natación por primera vez.
  • El ciclismo –que tampoco estuvo en el programa olímpico-, tuvo una única prueba y fue realizada en ruta, ya que el velódromo sueco había sido destruido para la creación del Estadio Olímpico.
  •  Arte, en su debut en los Juegos, contó con cinco categorías diferentes: arquitectura, literatura, pintura, escultura y música. Todas debían tener relación con el deporte.

El local superó por muy poco a Estados Unidos en el conteo final de las medallas, pero quedó por debajo en las preseas doradas:

  1. Suecia: 65 (24 oro – 21 plata – 17 bronce)
  2. Estados Unidos: 63 (25 oro – 19 plata – 19 bronce)
  3. Reino Unido: 41 (10 oro – 15 plata – 16 bronce)

Importante resaltar que por primera vez los tres premiados vieron como sus respectivas banderas eran alzadas en lo más alto del estadio.

Hasta esa fecha, ningún evento había generado tanto económicamente. De hecho, se reportó un superávit, gracias a los ingresos producidos por los sellos y las monedas cuyas eran compradas por los coleccionistas.

Argentina no tuvo representantes.

Cuando la ilusión, el orden y la creatividad se fusionaron, los Juegos Olímpicos llegaron a lo más alto desde su creación (Era Moderna). Todo esto lo reunió Suecia. Tristemente, el evento tuvo que sufrir un parón de ocho años porque en el mundo estaba a punto de desatarse la Gran Guerra, también conocida como la Primera Guerra Mundial.

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